viernes, 22 de noviembre de 2013

Tras tus horas.


Cogido a tu mano,
la noche se me derrama en sueños de niño,
en ilusiones de hada.
Tras aquellas horas
que me roban el aliento del suspiro,
el vivo reflejo de las pasiones,
envuelto de sabor el beso,
siento por vez primera en mucho tiempo,
libre y repleto mi cuerpo.


Cogido a tu mano,
camino descalzo
por cuantas sendas se me impongan caprichosas.
Sin la promesa que obligue a le fe en un compromiso,
me insisto sin dolor ni sacrificio,
en volar enredado en la calidez de tus pasos.
No hay vida completa, ni recuerdo grato,
sin invertir de mi sangre
una gota entre tus brazos.

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