sábado, 29 de diciembre de 2018

Poema






A la vera de la ventana
aquella luna cristal,
sus manos cálidas
me parecen alcanzar,
sin que suelte una lágrima
ni suelte el mal.
Sin que ella retenga su todo
y yo, retenga mi más.

Allá que llega
y allá que se va,
esa tan redonda esfera
que me hace temblar
tan dentro de mí
como fuera de ella,
y lejos de la mar
que nacer me viera.
Una revuelta y áspera
noche de noviembre
de aquel siglo mío,
aquel, que ya muriera.

En paz descansen
los siglos y la luna cristal
que cada noche son memoria
y algo que admirar,
a la vera de la ventana
donde mis ojos se congelan
y el aliento cuan muerte empaña,
esos recuerdos que nos hacen mortal
y nos presentan como persona.
Sin que unos quieran
y otros, a Dios pidan,
para sí y para nadie,
ser lo que se piensa y ser,
lo que odian muchos alguien.





viernes, 21 de diciembre de 2018

En la cima de su poder.






En una cima que se dice de poder 
pero no palpita y al tiempo jamás evita, 
se apilan hombres y se apilan alimañas 
como si fuera una la sangre 
y de todos, propia la misma entraña.

En esa cima que se dice y desdice, 
llena de oro y contactos  que se hacen los sordos. 
Fallece lo que somos con la avaricia 
que se lleva a lomos, y esa tonta envidia
que nos divide y aleja, porque vivir es poco
y matar vale la pena.

Hay quien nace para atesorar, odiar y odiarse, 
y quienes lo hacen por respirar un poco de aire.

Y en aquella cima donde el poder se pudre 
como sus carnes y su ser egoísta, 
los hombres y las alimañas se corren y paren 
sobre propios y ajenos bienes materiales.

Prefiero andar lejos de la cima
donde todos se restriegan la picha 
como si en el mundo no hubiera más, 
que aquel aliento corrompido que se gastan
las voces vacías con las que susurran 
sin que sus ojos digan o sus oídos escuchen.

Tras de cualquier esquina me gusta expresar, 
con la sensatez de saberme y el afán de mi gritar. 
Cuánta y cuánta es la pena que me dan, 
quienes aún respirando son cadáveres de su realidad, 
que allá, sobre su lujosa cima, donde piensan que nunca morirán, 
les pudre mente y alma sin que sepan, cómo parar.



 Ilustración/dibujo. Francis Morell



miércoles, 12 de diciembre de 2018

Mis dos alas.





Chillo,
grito,
maldigo.
Brisa,
viento,
aire,
susurro,
suspiro.
Recuerdo,
reflejo,
alma,
luna,
noche,
bruma,
esperanza,
cariño.
Y él,
el miedo,
desnudo
y extremo,
que como
padre,
cobarde
y mil
veces
mendigo,
hizo de mí
nada y
de ellas,
todo por
lo que siento,
respiro
y vivo.




A mis hijas.

jueves, 6 de diciembre de 2018

¿Qué me da pena?







Que la política se use para crispar
en lugar de, para aproximar y unir.
Que lejos de crecer como persona
lo hagamos como los vulgares matojos
que solo sirven para dar de comer
analfacabras y analfaburros.

Observar bandos donde hay una misma necesidad,
ser consciente de nuestro final,
y ver como la gente discute y anda dispuesta a apalear,
por lo que predican los que viven a toda tripa
y a nosotros echan su mierda,
su mala baba, su frustración e inseguridad.

Que teniendo todos un cerebro
respetemos a los afines
y odiemos sin conocer, al resto.

Me apena el poco uso de la razón
que crea culpables en lo distinto
y sentenciaría a muerte sin juicio.
Tristeza cruda es lo que me dan
esas figuras que a gritos contra el resto,
se creen dueños de toda razón
y reyes del único honor.

Que las calles se llenen de sin sesos
que sin estar sentenciados
y teniendo el estomago lleno,
caminan sedientos de sangre
porque otros desde su almena
lo mandan y ordenan, sin que
se les astille las uñas o sea
aquella que se derrama, la suya.

En ocasiones confundo el asco con la pena.
Me ocurre porque no soy la flauta
a la que los dedos de otros da forma.
¡Señores! donde termina una libertad empieza otra,
es por eso que yo, jamás moriré por la política qué de comer,
da a los mismos cuatro que no se mojan y viven
mejor que Dios en la gran mansión,
que para el resto, hoy tan solo es miedo
y para siempre, será rencor.




domingo, 2 de diciembre de 2018

Hueco oscuro.






Eran perlas, pero eran negras.
Era música, pero estaba callada.
Era de mí, todo, pero no queda nada.

Sigue amaneciendo del plácido naranja
que como el café soluble,
se termina disolviendo entre azules
y puede, que alguna nube.

Los instantes quedaron congelados,
lo de hoy, no cuenta.
Como no cuenta todo
lo que pasa pero no suma,
ni todo lo que se dice
y no se escucha.

La pena, ese sincero sentir
que tan mal sienta al que con el tropieza,
siempre deja huella y una cicatriz eterna.
Da igual que el amanecer
sea naranja o gris,
que nos llegue fresco
y húmedo, o asquerosamente
caluroso y seco.

La pena presente
y aquella otra de ayer,
siempre era y siempre es,
la mano que nos estrangula
y el milagro que nos hace llorar.
Cuando solo queda pasado
y no hay marcha atrás
que nos logré hacer admirar,
el negro de aquellas
perlas perfectas,
o el aliento de las estrellas.

Era todo, el mío… mi todo,
pues cada cual padece el suyo
y cada cual, para adentro de su silencio
se hace y deshace como a bien le place,
entre aquello tan importante
y tan caduco, que siempre
termina en un hueco
triste y profundo.


sábado, 1 de diciembre de 2018

Asesino menguante.



  




En la tumba madre mía,
en la tumba a la que
con razón escupen
y en la que nadie mira,
queda todo y queda nada
de aquel macho cobarde,
aquel ser sanguinario,
que pariste sin saberlo,
y sin saberlo, apenas hoy,
te deja algo de silencio.

No merece madre
la muerte del mal hijo
ni una sola lágrima,
ni el reflejo tan solo
de las muchas penas,
que como llegan se marchan
sin dejar un grato recuerdo
o marcar decente huella.

No merece la pena
aquella flor tierna
que se abandona en la tumba,
del que se dijera bueno
y no llegó a mierda.
Acumulando sangre
en manos, dientes y muelas,
y sembrando de miedo
la casa y la tierra.

No llores madre
la culpa del que fuera
lo que hoy desprecian,
quienes saben lo que dicen
y saben lo que critican.
Más el cerdo nace y muere cerdo,
y el mal hijo, aunque no lo pareciera,
menos por lo de caminar
a cuatro patas madre mía,
merece la misma condena
y merece toda la culpa.





sábado, 24 de noviembre de 2018

Ángel y princesa.




No tenía los once años
cuando con sus ojos rasgados,
su apenas casi naricilla
y aquella sonrisa tan inmensa,
se abrió paso  tirando
abajo la puerta.
No admiro a nadie 
como puedo hacerlo con ella,
porque no hay nadie
tan valiente y sincera,
tan amable e intensa,
tan real y tan honesta.

Me moriré un día de estos,
fijo, que uno cualquiera,
sin habérmela terminado
pese a mis cincuenta
y sus magníficos cuarenta.
Miedo, solo a lo que se desconoce,
en casa ya, a nada,
teniendo para mil vidas
la mejor de las maestras
y el hada perfecta.

Con el Down de tercer apellido
y la verdad de la paz en al alma,
el mundo no es uno pese
a simular ser siempre el mismo,
y cerrando los ojos mientras
ella nos besa y abraza,
no son estas carnes las de aquellos otros
sin igual ángel en cuerpo de princesa.
…Y conste, 
que no lo digo por dar envidia,
si no, porque así, 
son las cosas.



A mi hermana Sonia.

jueves, 22 de noviembre de 2018

El más extraño pasaje.







Hacia los colores
de otoño
me quisiera inclinar,
para que
mis lágrimas,
hoy,
tedio funeral.
De su aliento
se pudieran
impregnar.

Mas qué seria
de la pena
sin el recuerdo
que nos hace postal,
de todas aquellas
mañanas
sin orillas,
sin abrazo,
sin mar.

Ahora que estoy solo
caigo en la cuenta,
…no sé, si alguna vez
he vivido
de esos mil instantes,
que como aire.
Fui de usted,
el más extraño
pasaje.

Allá donde
hoy navegue,
donde la brisa
la envuelva,
mi espíritu
en sangre converja.
Que yo le juro señora,
que algún día
…algún día,
volveré a ser
su sombra.






lunes, 19 de noviembre de 2018

Bendita libertad esta de la edad.






Con esta edad que mis manos
con todo su brazo, no han de abarcar,
en otros tiempos un anciano, hoy,
un número al que ordeñar.
Me sigo preguntando como ya lo hiciera
en antaño, por qué y por cuanto,
la vida me empujo a terceras manos.

Puede que naciera un ruin de esos muchos más,
repleto de ira y empapado por el odio, un ser despreciable
al que señalar, ¡eso sí! mejor desde lejos,
la falta de cojones que ofrece la proximidad, invita a ello. 
A fin de cuentas, ¿quién quiere una hostia pudiéndola evitar?

Mirando en todas direcciones,
veo hoy, que no soy aquel ruin que se pensaba,
si no, el que me hicieron creer,
porque la culpa, mejor que la carguen otros,
de ser posible, ignorantes conformistas
cuyas letras no digan y voz jamás se alce.

Pese mi esfuerzo e visible maldad, durante media vida,
tuve más cerca indeseables de raza,  que gente a la que admirar.

Sentado en la mecedora del porche
donde el tiempo me hizo niño y me hizo hombre,
atiendo con atención, por reír y por llorar,
a esas arrugas que son la más divina presencia
cuando se quiere uno de ellas amamantar.

Y por fin, las ganas me invitan a gritar,
como debería ser capaz de hacerlo toda persona,
cuando sus piernas aún vuelan
y su sangre hierve, lucha y cree real.

Bendita libertad esta de la edad,
que lejos de encarcelar alienta y en lugar de desnudar abriga,
a quien vistió de mentira y vulgar, en aquellos tiempos
tan ciegos como sordos, y tan de ayer como de todos.




domingo, 18 de noviembre de 2018

El señoritingo.




Como el niño que crece sin verse
o la imbecilidad que sólo a otros duele,
aquel anciano olivo en sus entrañas grita
y en ellas, llora y se retuerce,
lleno por la oscuridad y la pesadumbre
que de sol a sol y de noche en noche,
padecen quienes quererle dicen,
y en aquellos, sus campos secos,
dejaron sudor y lamento.

Ajados sus cuerpos, caminan los jornaleros
no lejos del dedo y ojo que pagan su sustento,
y aquellas sobras, que cuan remolinos de joven viento,
resguardan sus espaldas y resguardan el talento.

Heredero llaman, a ese que pese lo temprano de su edad,
es más cabrón que cabrito. Un lechuguino engreído
que grita porque se siente rico,
y ríe con prepotencia y ríe con desprecio,
porque se lo permitió quien tuvo idéntico conocimiento.

Infatigables por la necesidad
corren de olivo en olivo, los huesos
de aquellos jornaleros con su anciana humildad.
Haciendo el caso justo al tontico
que sin sudar, alzan la voz tratando de aparentar
eso que pocas veces se suele lograr.
Mas no hay hombre que la mejor ropa convierta en capitán,
sin saber qué vale la palabra, el hambre, la sangre o la verdad.

Extenuados por el calor, los gritos y aquel fuerte ritmo.
Paran, sacan su almuerzo y la bota con el tinto,
y comienzan las bromas y comienzan las risas.
Mientras el señorito se queda a dos velas con la avaricia
y rabia en las venas, y la mala baba por montera.
A la espera, vuelvan todos y cada uno de aquellos a su tarea,
para poder seguir ordenando con su voz y su dedo,
y así, creerse por encima y creerse algo.



Aquellas historias que suenan y saben a viejo, regresan a la carne con tanto o más desprecio que lo hicieran cuando los tiempos eran otros bastante más complejos. Y regresan, porque el hombre vuelve a callar por esa tonta comodidad que nos lleva a mal entender el respeto y la libertad.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Retales, exposición de tintas.



Ayer día 9 de noviembre se inauguro la ultima exposición de Francis Morell, y este, es el resumen del evento.

¿Donde?





Al Refugio del poeta algunos lo llaman cafetería, pero eso, pese a que Salvi, una canaria resala que es al alma del refugio, haga como hace unas tostadas con tomate de cine, sirva unos cafés buenísimos, la cerveza la tenga siempre bien fría, el tinto en su punto y los gin tonic, cargaditos. Seria quedarse muy, muy cortos. El Refugio del poeta, sito en la calle poeta Miguel Hernández (Mire usted la casualidad), Nº 73 de Elche (Alicante), es ese sitio donde raro es el fin de semana que en vivo y riguroso directo, no hay  un buen concierto, o un oportuno recital, puede que, tal vez, algunos monologuistas haciendo a la peña pasar un ratito de lo más ameno. O sea, que no, el Refugio del poeta es mucho, pero mucho, mucho más, que una simple cafetería. Para mí, es un local de referencia, tanto, que hasta lo adoptaría como oficina de trabajo

¿El autor?



Nada más y nada menos, que D. Francis Morell, una de esas almas autodidactas con mucho más de media vida dedicada a sacar de su cabeza todo aquello que por ella, y sin pedir permiso la mayoría de las veces, le pasa. Dibujante, fotógrafo, ilustrador.... para mi humilde parecer, un artista de la cabeza a los pies, y ojo, que incluyo de la coronilla a las uñas. 

¿Presentador del evento?





Yo, y ojo, a petición del autor, lo que demuestra que, aparte de lo expuesto, también es un tipo valiente de huevos. 

Acto seguido, os transcribo lo que fue la presentación, más o menos.

-Hola, (empece yo), buenas tardes, para los que no me conocéis, y conste, que tampoco os perdéis nada importante. Mi nombre es Antonio aunque la mayoría me llama Buitrago y cosas mucho peores. Y estoy aquí porque el artista, D. Francis Morell, Paco para amigos y familia y, genio casi que para el resto del universo. Me ha pedido si lo presentaba, y bueno, era eso o quedarme en casa limpiando la encimera... y no os hacéis una idea de como estaba la encimera. Dicho lo cual, y esto es algo consensuado con el artista, os queríamos agradecer a todos la presencia (esto gusto mucho al publico), y a Salvi (miremos todos hacia la barra), el que nos haya abierto las puertas de su refugio... creo que presentar a Paco va a ser muy fácil, porque si no todos, casi, creo que ya le conocéis, y quien conoce a Paco, conoce su obra. 


Imagino que cada uno destacaría una cosa de él y de su obra, yo por ejemplo, destacaría su enorme imaginación, sus texturas, detalles y también, el olor de algunos de sus obras. Pero si solo pudiera destacar una, esta seria que me parece el tío menos comercial del mundo, ¿qué quiero decir con esto? que no se deja influenciar por modas, tendencias, manías o el qué dirán. ¡Vamos! que Paco en cada momento hace lo que le apetece, le gusta o divierte. Como diría un amigo, lo que le sale de la real gana. Y yo, a eso lo llamo personalidad, y para mí, la personalidad es lo único que nos hace distintos y por defecto, nos diferencia. 


En casa tenemos una pequeña y humilde colección de pinturas, fotografías, dibujos... y, gracias a un cuñado con taladradora, la mayoría están colgados, pero los que no, que también los hay, los guardamos. Como dirían mi abuela, como oro en paño. Aquí tenéis hoy un total de trece obras, que si tenéis un cuñado con taladradora podríais tener colgadas en casa, van con todo tipo de decoraciones, doy fe. O, si no hay cuñado manitas...ya sabéis, como oro en paño y al cajón preferido. Imagino, porque disimulo súper bien, que no os habéis dado cuenta de que soy un fan del trabajo de Paco, pero si, lo soy, por eso mismo sé también que, si hablo mucho de él, seguro que terminare siendo muy así como rosa, azucarado... vamos, entre ñoño y repelente. Así pues, casi que mejor me aparto y os dejo con lo que en verdad importa (aquí el publico, todos gente mega maja, ya estaba entregado), el artista, D. Francis Morell, Paco para amigos y familia y, genio para el resto del universo. 

Entonces Paco, el gran Morell, se levantó de su silla dejando su  copa de vino en la mesa, y dio un paso hacia adelante para con la frente el alto y su barbilla de superhéroe la mar de bien afeitada, dirigirse a la gente en uno de esos breves, sinceros e intensos discursos que hicieron a todos los presentes levantarse de sus sillas a la voz de bravo, bravo, y bravo. 



-Yo soy de poco hablar (nada más soltar esto me miro a mí ¡ya ves tú!), decir tan solo, que lo que tenemos expuesto aquí son trabajos sueltos de varias colecciones... no sabría decir porque he vendido uno si, y otros no. La gente es así (cogió su copa de vino, se dio un traguito), sois los mejores, a todos, muchas gracias. (Aquí empezaron los aplausos y los bravos). Y de allí algunos como yo, salimos para casa, y otros como él. Imagino que de parranda a celebrar otro éxito más en su carrera profesional. 








Estas son algunas de las obras expuestas. Y os lo digo de verdad, pues es lo que pienso y siento. Es un artista original, sin copia, autentico y muy, muy humano. Pasar por el refugio del poeta, conocer a Salvi, haceros una tostada y por supuesto, disfrutar de la obra del gran Morell mientras tengáis la oportunidad de hacerlo de manera gratuita. 

Gracias