jueves, 26 de noviembre de 2015

¡Ni puto caso! La culpa no es nuestra.




Que desconozca el hambre,
de momento,
no me convierte en un miserable,
ni en traidor, ni en cobarde.
Que desconozca ese germen
no me hace de la realidad
el mayor ignorante.
Soy de los que sí,
a veces ocupó el lugar del otro.
Rio, grito, y por igual, padezco y sufro.
Yo, ante el hambre me derrumbo
como la conciencia de aquellos pocos
que mantienen intacta la vergüenza
mientras los cosen a hostias.
Hoy, acumula la tierra
más vergüenza que pena.
Algunos, tratan de enterrarla
a dos palmos bajo tierra, otros,
la meten bajo sus camas.
Los últimos,
caciques, caudillos,
predicadores con cuchillo,
se abrazan al poder de su desprecio.
Que no lo conozca todo
no me convierte en un imbécil,
ni en un insensible ¡ya está bien!,
hasta los cojones estoy
de escuchar que no hacemos nada.
¡Nosotros! los matados que no pasamos de desgraciados,
…que aquí se tira y allí se muere.
¿Y, la culpa es mía, del que se ha mudado enfrente,
de la recién nacida de arriba?



-Me da mucha pena no poder, por mi solo, paliar el hambre y todas las enfermedades, pero jamás tendré remordimientos de algo que no hemos creado los miles de pringados a los que hoy, cuatro espabilados, tratan de acorralarnos con sus discursos vacíos y abstractos. Mi conciencian, al igual que mi escasa inteligencia, saben que las culpas, como la carne, se compran y venden en todas partes-

lunes, 23 de noviembre de 2015

Lágrimas heladas.





De pequeño, pensaba
que los muertos lloraban,
que de sus ojos cerrados
brotaban las lágrimas.
Sí, eso pensaba,
y la pena me inundaba
ahogándome pecho
y garganta.



Creía
que la muerte
era algo más que un insulso
camino de ida.
Desconocía
que no era
más que la retirada
natural de la vida.
Pensaba que seria
como la capucha
de mi anorak,
reversible.



De pequeño
como de adulto,
siempre fui un poco
bastante iluso.
Pero con toda la pena
en mi recuerdo imaginario,
me encanta pensar
que los muertos,
también pueden llorarnos.





sábado, 14 de noviembre de 2015

Más francés que nunca.




No puedo morir, he reído tan, tan alto,
allá donde no pisan los vivos,
que me hice eterno e infinito.
No puede morir quien se siente feliz
en sus dos metros de reino,
quien no arrastra remordimiento,
quien no se diluye
al fondo de un vulgar y frío espejo.


No puedo morir, ni yo ni ellos,
inocentes de carne y de hueso,
mártires, que empujaran con su recuerdo.
Litros, litros de sangre
por la tierra y en el aire,
serán pena y serán impotencia,
jamás perdón, jamás sumisión, jamás miedo.
La fe a fuego no se la creen
ni el propio infierno,
por ello, hasta nuestros muertos
son felices…vosotros, no.


Ni a cuchillo ni con bombas,
ni en mi reino y en el vuestro,
a nada y en nada
quedará vuestro fétido aliento.
Hoy soy más francés que nunca,
y más persona que en mil ayeres.
En ese gran desprecio
que por vosotros siento, por fin rezo,
y lo hago para que os pudráis
rápido y desde adentro.



A la memoria de aquellas víctimas del más absurdo y ridículo fanatismo que en las calles de París perdieron la vida un agrio 13 de noviembre de 2015, dedico estas palabras a los intolerantes descerebrados que solo entienden la libertad a base de palos. 

viernes, 13 de noviembre de 2015

Treinta años a solas.




No sé de mayor valentía,
ni a quien mejor mi admiración,
que a aquella niña (dicen nos la arrancó Dios),
presa por la furia de la tierra que inútil hace la respiración.


Un nudo mi garganta y hormigón el corazón,
al escuchar a la verdadera inocencia decir adiós.
Treinta años han pasado y sigo oyendo tu voz,
retumba en la pena y la rabia de una memoria menor.


Hace treinta años, empecé a ser persona,
fue al escuchar una niña que a la muerte hubo de entregarse,
lo hizo con las manos, como el alma, en alto.
Y nos miramos el ombligo, y nos creemos estrellas,
y no nos da vergüenza, ni propia, ni ajena.


No sé de mayor valentía,
ni a quien mejor admiración,
que a aquella eterna mujercita que nos dio una lección.
Sabiendo que se moría, ofrendo solo amor,
el que su humilde cuerpo tenía y a tantos puso voz.






A la memoria de Omira Sánchez Garzón, niña de trece añitos  colombiana, víctima de la vida, que al mundo entero estremeció la respiración.


jueves, 5 de noviembre de 2015

Una vida y un destino.




Oscura espina en tierra vieja,
hiere de la noche su luna y estrellas,
más sin esperanza no hay día,
más sin corazón tampoco vida.
Oscura mueca y oscura la nada,
en los ayeres que tras de mí se derraman.


Deje de gritar al oírme,
y de amar al escucharos.
Pedregoso el futuro y más, su grueso muro,
en sombras por embudos,
donde conformarse es uno y esconderse… fácil presente.


Doce son los nudos
que al corazón dan forma,
agriando la mala pena
en las restas que desbordan,
y sumas que nos representan.
Doce los meses, los hermanos y ataúdes.


Yo, soy silencio,
yo soy culpa y lamento,
yo soy cuanto escupir
sea capaz un cuerpo.
Y solo, siempre solo, cuan árbol grotesco,
rindo mi alma, mi espíritu, ¡mi tesoro!


Delante algo y detrás infierno,
no creo ser barro ni tampoco acero.
No tengo nada de bueno,
ni siquiera, el deseo.
Somos, porque tenemos,
una vida y un destino.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Recital poético de bienvenida.


Para dar la bienvenida a la poeta y amiga Susana Jiménez Palmera se organizó un recital poético donde junto poemas de grandes y pequeños autores, pudimos escuchar algunos de su nuevo libro.




En el cartel del evento aparecen todos los que de un modo u otro han participado. La tetería que nos abrió las puertas, poetas, rapsodas, fotógrafo, cantautora, presentador... una marea de gente maravillosa, y que conste, que de cursi tengo de poquito a nada.


¿Qué podría deciros del ambientazo?...vosotros mismos. 


Mención especial para la gran Ana González, cantautora local a la que os recomiendo, si tenéis la oportunidad, de no perdersela en directo... bueno, o en CD, pero en directo más mejor ¡ea!


El equipo ¡fantástico! de la Cuna teteria, una caña en simpatía, encanto y profesionalidad. 


Y aqui esta ella ¿Que, guapa em? pues si, aparte de gran poeta y un encanto, guapa, así es nuestra amiga Susana Jiménez Palmera, una orgullosa colombiana amante de las letras. 


En esta, en el escenario junto José Martínez, enorme maestro de la ceremonia que hizo de la velada una maravillo momento... hasta leyó algunas cosillas inéditas y suyas. Estuvo perfecto el tío.


Y aquí su nuevo libro...ummmm por ir abriendo boca.


Hasta ese día solo había oído hablar de él, el gran Antonio Sánchez, debo decir que me dejo sin palabras, ¡joer! que envidia más marranica la mía, como recita el cabr.... bueno, que lo hace la hostia de bien. 


Con luz propia, lo lleva en la sangre, Felicidad Alarcón, hija de mi adoradisimo D. Ramón Alarcón. Pedazo, pedazo poeta. Busquenle y leanlo, ya me dirán ya. 


Otro encanto de señora y todo un pivón que diría más de uno, ¿verdad Luis? es para mi Mila Belmonte, otro lujo que nos acompaño con poemas de su hermana y OJOOOO uno del menda. Oeeee oe oe oeeeee....


Presentar a Suny... tienen que leerla, así, sin más. Es una de esas poetas que parece no creerselo y a mi me dan una envidiaaaa.

Como siempre al fondo, José Martínez ¡que grande el tío!




Es el momento de Lola Martínez Lorenzo ¡Cuidaó! cuidaoooo cuidaó. Que hablamos de la gran entre las grandes Lolas de España. Enorme pintora surrealista y aunque trate de negarlo, buena como poeta y buena recitando.


Siempre un honor y un lujo tener en el sarao a D. Manuel Vicente Segarra Berenguer. Autor de seis novelas y en ascuas para que saque la proxima. Ahí donde le ven con esa cabecita tan chica, mucho cuidado que como elefante, su memoria es la leche.


Una de las mujeres más especiales que creo conocer y de la que presumo sin reparos, es de mi Fini Alacid, autora de dos novelas completamente desenfadadas y frescas (vivo reflejo de ella misma)


Eva Gil, que quería pero no y que terminó (creo), encantada de hacerlo, es el bichito del grupo literario "escritores en su tinta" me dedicó unas palabritas con mucho cariño jejeje. De ella no digo las novelas que lleva escritas porque es que he perdido la cuenta, pero son más de cuatro y creo que menos de siete...por ahi andara la cosa. ¡Casi ná con la criatura!


Otro de esos encantos de criaturilla con un camino importante hecho en la poesía ya con tres publicaciones a su espalda y no se cuantos premios literarios, es nuestra Ana Esmeralda. Y lo siento, no se hagan ilusiones, tiene cari y no lo cambia. 

Por cierto ¿han visto a José allá al fondo?, ¿Ta de rechupete el tío, a que si?



A esta mujer, Isabel Penalva, hay que echarle de comer aparte, escribe, y muy bien, pero lo esconde como ya lo hiciera su padre. Creo que fue para todos (hablo por mi el primero) una sorpresa, tanto ella en si, como cuanto nos leyó.


Con la carrera que lleva ultimamente, presentar a Loly Gimenez y su poemario "Diario de sueños y pesares" publicado recientemente, me parece casi innecesario. ¡Ah! que aun no lo conocen ¿y a que esperan? enga, enga... a por él.


En la sombra y tras un pilar ubicado de manera estratégica, disfruté mogollón de una velada gracias a un buen grupo de amigos de esos que podrán tener mucho o poco, pero precio, NINGUNO. 



Aquí nos despedimos todos y cada uno de los que empecemos y terminemos con el sarao, dando las gracias a todo ese público que voluntariamente decidió acompañarnos y a los que espero les hiciéramos pasar un ratito bueno en verdad. 

Y ahora...un pequeño video del evento.