jueves, 30 de enero de 2014

Avara ciudad.




Puedes correr, saltar y esconderte.
puedes huir por cielo, tierra o mar.
Pero puedo, si, puedo olerte mísera ciudad.
En tus cárceles de hierro y cemento,
de cristal y fino acero.
Castillos de infernales lamentos
donde la mirada apuñala 
y, el susurro se clava.
En sus calles de frió y de hambre,
puedo olerte, sentirte,
puedo gritarte y maldecirte,
sin que tu rostro, varié.


Siempre ausente, escondiendo la cara,
ocultando lo que de verdad sienten tus venas.
Ciudad esclava, de grises, de marrones y negros,
de vacíos contenedores y míseras voces.
Presa de piedra, cadenas sujetas,
cadenas que amarran palabras y piernas.
Escoria entre las escorias,
te dejas mecer tras invisibles rejas.
Haciéndote la muerta indispuesta
por aquellas callejas,
que corriente abajo,
huelen a vieja acequia.


Ladrillos, hormigones, farolas…
silencios que asolan, y tú. Tú,
sigues entre tanto sola.
Por instinto actuó, me defiendo,
por él y, solo por él,
me reitero en esta vergüenza hecha tiempo.
Con fuerza piso el suelo,
sujeto lo que de verdad quiero
prendiendo al resto fuego.
Con fuerza y sin mentir,
me entrego a todo,
desde que di razón a mi sentir.

martes, 28 de enero de 2014

Ni penas, ni cuernos. (Canción)



Estoy cansado
de canciones de amor,
donde el machito
siempre queda jodido.
Si no son cuernos,
es porque ella se agoto.
El caso.
que cuando al muchacho
se le está pasando la barraquera,
vuelve a la carga ella.
Moza o pendón,
según casos y color,
para rematar la faena
hundiéndole en la miseria.
Sí… estoy cansado de pamplinas
cantadas donde la pena,
propia o ajena.
¡Sabrá Dios porque coño!
Es lo que hace bailar a la peña.



Yo quiero letras con alegría,
que gusten y den sentido a cada día.
Yo quiero que el gallito no llore
y, si son cuernos lo que esconde,
que sea porque le pone.
No quiero llantos,
quiero canciones,
con historias de tríos poniéndose morados,
de mujeres que no huyen,
de hombres que no asustan.
Quiero bailar con todo lo bueno de la vida.
Un tango bien apretadito
contra la rubia de la esquina.
Paso de letras decoradas por penas.
Agrias, ácidas, absurdas.
No quiero levantarme sin música
y la cara con legañas duras.



Soy de cruz y de risas,
de cervecitas con los amigos,
de tapas que me añadan tocino.
Soy de bailar
pegadito al suspiro que aun hoy,
de momento,
da sentido a lo que siento dentro.
¡Basta de tonterías!
De llorar a moco tendido,
ya está bien de lagrimitas,
de sonarse encogido,
de no ganar para clínex,
que la voz se haga lamento.
Quiero bailar porque me lo pide el cuerpo,
quiero sexo, cervezas
y que una guitarra,
me pinte de color la cara.
Estoy cansado, hasta las narices,
de empalagosas baladas
y cuernos como blanca palangana.


lunes, 27 de enero de 2014

AQUI Un trocito de la próxima novela. No, el de arriba no va al caso de nada, pero una imagen así merece la pena verla aunque sea solo una vez en la vida. ¿No?

domingo, 26 de enero de 2014

Regresa el otoño.



Regresa el otoño,
naranjas, marrones y castaños,
visten el fantasma nostálgico
de mi reciente pasado.
Cierro ojos al crujir del silencio
que desgarra hojas y pétalos.
Viento difunto, el que en su  presente
arrasa dando al verde muerte.


Regresa el otoño,
monótono en su contorno,
vaciando las playas
donde ahora se expande mi gozo,
descalzo y de su mano,
caminamos entregados a un placentero reposo.


Ante la fría presencia del agua que caduca,
sin espumas,
dudas o excusas,
aprieta su mano contra la mía,
sorprendida de caricias.
Repartiendo huellas,
tras nosotros, rutinaria existencia.


Regresa el otoño
de silencios y aplomo,
momento que decoro de recuerdos.
Sin chinchetas o pegamentos,
nada expongo,
míos los instantes
de una estación impresionante.


La tomo sin sorpresa
y repleto de cariño,
guardada en un tarrito de vidrio,
para que el invierno deje de ella un suspiro.
Suficiente aroma de aquel ratito
donde aun vive el sueño,
de regresar con tigo.




sábado, 25 de enero de 2014

Palabras por parir.



                                          



Oprimen el interior de mi mente
miles de palabras que claman libertad,
intentando asaltar la frontera
que logre sacarlas afuera,
naciendo amontonadas,
complicando mi descanso,
logrando que falte tinta y papel
donde plasmar su ordenado final.


El amor de los míos,
todos ellos recogidos en un largo camino.
 Nunca perdió protagonismo,
pese distancias,
sombras u abismos,
infinito es el mar de su auxilio.


Recuerdos que palpitan
en lo más hondo de mi pecho,
haciéndome estremecer
sabido y convencido
de quien soy,
que quiero,
quien fui.



Gritan insistentes
los detalles que pare el día,
hiriendo a sangre
los instantes que recorren mi espíritu.
Acorralando el alma
de caricias omitidas
por el cuerpo,
a la espera de su alegría.


Son millones las palabras
que quiero liberar
armadas de sinceridad,
esas que ahora oprimen,
que crean ecos en mi mente,
esas que debo moldear
esperando de ellas,
se entiendan en su humildad.


viernes, 24 de enero de 2014

Podrido de tiempos.






En ti.
Vació abismo de mi perdido eco,
implícito,
la realidad que se destapa
en el conflicto del ser e intentar,
del sentir y soportar,
del querer y aguantar.
En ti,
borrada personalidad,
derramo la angustia que da a mis letras forma,
vida a mis pesadillas,
a mi hueco,
a mi penuria.



Se corrompe y pudre lo defendido.
En mis manos, entre sus dedos.
Gotea el espejismo
que unió el romance a millones de suspiros,
que arranco la luz del aire,
la furia del odio,
la pasión del sueño,
el ímpetu de partirse en gustos,
caminos que funde el fuego,
que enfría el nicho.



En ti.
Incomprensible destino,
me pudro oprimido por la zarpa afilada
que sin argumento,
sin palabra,
me mata en el silencio
de lo que fue casa.





miércoles, 22 de enero de 2014

Distancias mohecidas.





Rugen mares y océanos,
frontera viva, despierta, lejana.
Salado linde que ahoga amores y esperanzas.
Rugen,
en el eco que no logra hacerse sueño,
en la invisibilidad del tiempo,
sucio destino
al que robaron el espíritu.


Vagando
en la soledad que arma el daño,
burlándose una y otra vez del enamorado,
cada día,
en la cima del acantilado,
pierde la vista que jamás se hace abrazo.
De calidez,
de bienvenida,
se mohece la distancia suspendida.





martes, 21 de enero de 2014

Vendido.




En la dulzura de mi abrazo
cerraste los ojos,
junto mi hombro
tu aliento fue sollozo y, tu calor,
expiro dejándome solo.


Maldecí a los cielos  la fe que nada cura,
al demonio y su irrealidad,
pues aquí sigue mi alma sin solucionarme nada,
posiblemente, por barata.


Surrealista consuelo que no te resucita,
ni a golpe de pastillas.
Mi amor se desalinea,
no encontrando en la soledad,
más que ira, impotencia y mentira.


¿Para que vale la vida?
Cuando en ella no se encuentra más que agria pena,
lagrima de frío granito que se marchita
como la primavera,
vencida tras una tupida cortina.


Con el filo de un cuchillo de acero pulido,
dibujo mis venas recostado en la bañera.
En el latir que me aproxima y aleja,
 mis ojos, son ahora otoño.



No se si aun vivo,
espero sin mucho optimismo
reunirme con tigo, o por lo menos,
olvidarme de aquello que siento sin remedio,
restando de mi carne, cuanto pretendo arrancarme.


En toneladas, mis parpados se han trasformado,
seco frió me recorre desde abajo,
cuando una música con sabor a voz
murmulla cercana,
pidiendo por mi perdón.


La noche se presenta cortando,
me cubre cuan manto,
llenando de silencios mí espacio,
y sigo, sigo recordando.


Un error más…  entre tantos,
la muerte ha pasado y, sin presentarse,
me llena de oscuro pringue,
sin arrancar de mí, lo que me dejó olvidado.


En este rincón abstraído,
sigo llorando, amargado, enojado.
En este rincón vendido al tiempo,
se corrompen mis suspiros,
sintiendo sobre mi hombro,
el aliento de su sollozo.





domingo, 19 de enero de 2014

Un día atrás.






Bruma de nieblas,
salpican de la noche
tu alma clara y desnuda,
vacíos balcones y ventanas,
aúllan conversaciones
perdidas en el tacto de  lágrima.


En el intenso abrazo
de un vulgar medio día,
tiritan mis carnes
como en aquel anciano minuto,
donde la virginidad de mis espasmos,
fueron indulto.


Hermosa e integra,
ante mi,
de nuevo te presentas,
fantasmagórica e inmensa,
cruzas carne y recuerdo,
entraña y sangre,
 de este reflejo
que un día,
 desgarro mi pecho.





sábado, 18 de enero de 2014

No es de risas justicia.




  
Andando sobre la castidad perversa que pinta pecados,
en la atrevida estupidez de ciertos milagros,
me sorprendo a mi mismo mirando,
como si en un pasado aparcado
los problemas no lo eran tanto.
Mi actual presente,
será mañana pasado, reciente, pero pasado
y, ese mismo mañana, ahora futuro,
me confunde a tal punto
que tras mucho, mucho,
el miedo vuelve a mí para hacerme sentir una  insolente
preocupación.


No me pesa la edad, al contrario,
agradezco mucho esta oportunidad,
su punto de vista,
la facilidad de ver lo que antes no podía
pese carecer de dioptrías,
con todo ello.
No es este el miedo de otros días,
aquellos recogidos
entre mimos y risas desprendidas a orillas de la tierra,
dentro y hacia fuera de si misma.
No, no son sombras de una era
estos fantasma que ahora merodean,
 desquiciando a su paso lo que fue y somos,
quienes tanto guardamos.











jueves, 16 de enero de 2014

Marcada rutina.




No rozaran tus labios el fuego de mi abismo,
sombra de un retiro.
No abrazaras con tus manos
la huella del deseo.
No habrá de amor sobra, 
ni guerra vencida.


Hiere mi pecho la negación,
el límite fronterizo e insaboro del pecado,
magia que agito entre mis manos
llagadas de reparos.
Hiere mi pecho,
el mudo sabor a recuerdo.


Escucho en la tibieza del silencio,
oscuridad donde vagan estrellas,
busco el hueco de la palabra,
la profundidad de la nada,
calor de alma agria.


Enredado de infinitos,
tu mirada me salva,
humedad susurrada,
vapor de naturaleza maltratada.
¿No dices nada?
Seguiré pues,
tras una rutina marcada.



miércoles, 15 de enero de 2014

Infinita.






Fría, de hielo,
 naces en mi como aquel otro lucero,
encadenada,
es mi carne voluntaria quien te amarra a estas entrañas,
quien te posee en el despertar de su mañana,
quien te protege sobre mi soldada esperanza,
quien llora al verte abandonada,
gritando sobre recortables descompuestos,
por aprender a suspirarte de nuevo.


Aun recuerdo como escapaste de entre mis dedos,
como esquivaste los besos
destrozando el tiempo que de infinitos
 se vistió de misterioso embustero,
rompiéndome en pequeños trozos.
Hoy, ahora,
esbozo borroso
de un rostro al que llorar de memoria.


Infinita, larga, inmensa,
se hace la sepultura que me encierra
en estos pensamientos de ida sin vuelta.
Deslumbrada,
la vida se hace por inercia desde la incongruencia,
la desidia,
 mala respuesta que de miedos tiñe mi pena,
desnudando el interior de mi laberinto
que abona la miseria,
de no sentir lo que siento,
dejando de creer
según se me secan las venas.






lunes, 13 de enero de 2014

Poesías para mí.




En la curva donde el horizonte se pierde
sin sobresaltos a fuerza de costumbre,
planea el titubeo que responde a mi yo como persona.
No se ya, si honesta o resignada, si coherente o alterada, no se nada.
 Me apagan los días, al contrario de lo que tanto he esperado,
soñado y luchado. El pesar de mi alma me resulta una patraña, una mera e insulsa circunstancia.


Como consuelo a este mundo incoloro,
robo poesías a las que me asomo desde el interior de mi silencio,
viajando a través de dispares ojos, grande se hace mi gozo,
cambiando mi rostro desde el brillo humilde con el que unas pupilas agradecidas en su paz momentánea, me bautizan.
Amoríos y enormes pasiones, románticas poses, denuncias de medievales injusticias, gritos a la belleza, a la ira contenida, al sosiego de esta, mi resumida existencia.









domingo, 12 de enero de 2014

El peso de mi dolor.



Busco entre sombras la paz que preciso, 
se me acumula el odio, la rabia y el asco, 
viendo en que nos convertimos. 
Hoy, el ladrón que vivió mejor que el trabajador
pide alimentarse de lastima, 
como el terrorista y el corrupto político.


¿Soy yo solo el raro, 
el que no perdona y pide responsabilidades? 
Me duele el alma 
sin saberme ignorante o equivocado, 
mientras siguen los impresentables 
jodiendo a dos manos. 


Cuan complicado se hace vivir, 
pensar y razonar, 
entre tata sucia mano, 
cuan difícil para un pueblo sencillo, 
de oficio y sacrificio, un pueblo llano 
que pese toda la mierda que esta tragando, 
sigue sentado, pidiendo tan solo, 
un trabajo.


Tal vez sea yo, 
mi mala leche y pésimo humor, 
tal vez este en un error, 
en mitad de la mayor equivocación.


Tal vez... pero, 
con cada noticia del terrorista 
que pide morir en su casita, 
lejos de lo que el permitió a su victima, 
o la del politicucho  cabrón que sale de rositas 
mientras su pueblo queda enterrado en cenizas...


La sangre me hierve 
pidiendo a la justicia 
de una vez y por todas, 
se quite su puta careta.

sábado, 11 de enero de 2014

Hoy, no me reconozco.




Infinito mar de suspiros trenzados sobre fina seda, donde mi pulso tiembla y el roció de la primavera se estremece, so olor, su huella.


Acaricia tu sonrisa mi mirada en la lejanía de las palabras no oídas, versos donde deje mis lágrimas. Hoy pellizco las horas, encierro la lujuria, la rabia, la esperanza. Hoy, la soledad es quien mata.


Sin humedad, mis ojos gritan al vació de la nada, mi alma se oculta entre sombras que agonizan y, mi cuerpo, desnudo y frió, no camina.


Escapa mi tiempo cruzando caminos, erosionando el recuerdo en la premura del destino. Labios de sabor pálido y salado, sin abrazo, sin cariño, sin saber que fue de aquel niño.

martes, 7 de enero de 2014

La vida que no viví.





De frío sudor se empañan las manos
mientras deambulo esquinas de la noche.
Guerra claman los gatos
cuan espíritus del pecado,
crucifijo amargo y astillado de pasados,
lamento del tiempo no disfrutado.


Aliento de la sombra
que atrás deja la retina,
 reflejo de negra tinta
que marcan mis uñas.
Con desecha rabia hilada,
tejo de caminos melodía
aparcando el pasadizo de la desidia.


Confunden mis huellas al peregrino,
mal descrito antepasado
de repartidos principios,
cumbre helada de mil destinos.
Se pudre la carne, se exhiben los huesos,
se libera el alma
con el aliento en barbecho.


Sin prohibición ni dedo acusador,
sin tierra, cielo o infierno,
sin lagrimas o miedos,
chocan entre si los cuerpos de presentes repletos.
Deambulo sobre mi mismo,
entre soledades y un aparente destierro,
sin lograr entender
lo que aun hoy veo.






domingo, 5 de enero de 2014

Cuan sencillo manejarnos los suspiros.





Considera el idiota, afortunado desconocedor de que es aquello que se hace llamar vergüenza, que la democracia y el libertinaje sin reglas son una misma cosa, que la libertad y la palabra, carecen de máximos donde el respeto y la coherencia quedan limitados.


Que las reglas están para saltárselas. ¡¡Pero!! De casa hacia fuera, pues brincar en su cama, mearse en la tapa donde su culo se relaja… Por eso no, por eso no se  pasa, aun cuando no este reglada ni regulada, dicha meada y brinco sobre la sabana.


Llena ya, la boca de ácida saliva, escupo atormentado, viscosa e impura, corroe y pudre como peste negra.
Dolido al ver como un simple idiota se permite insultarnos, tachando la humanidad de descerebrada, escondiéndoles la realidad hueca, que milagrosa ofrece a su parroquia.


Arto, cansado, hasta los huevos ¿Cómo definir sin gritar lo que siento? Cuando disfrazado de políticas se me jode la existencia, pregonando abiertamente y cuanto se haga preciso, para mover la corriente a capricho, separando la sangre en poblaciones distantes.


Cuan sencillo remover miedos y rencores ajenos, despertar razonamientos de príncipes en un cuento, enterrar ojos y oídos. Cuan sencillo llenarnos de caducas manías, que fácil resulta la mentira, y ser un fantasma en esta vida.