sábado, 31 de diciembre de 2016

...ayy cabronessss


Adoro a esa peña que se compra un coche nuevo y se acerca a restregarlo por los morros. ¡Cabrones! Ellos lo llaman de otra forma, pero es restregarlo. Y después de dar dos vueltas al coche para ver su aerodinámica escuchando la cantidad de pijadas que lleva, te abre el capó para que veas ese montón de cables y aparatos que un mecanico sin duda sabrá apreciar, ¿pero un carpintero, camarero o segurata? pos como que le da igual. El confort de los asientos, el fresquito bueno que escupe el climatizador, hasta el tacto suave del volante y por supuesto ese riquísimo olor a nuevo ¿Pero el motor?... en fin, adoro a esos cabrones.

viernes, 30 de diciembre de 2016

...carencia, seguro, seguro.




Creo que mucha peña de la que tiene mascotas y perritos en especial, tienen una importante falta ¿no sé si de calcio o de qué? pero algo les falta. A ver, yo tengo un perrito, un Chihuahua muy cabrón. La gente se ríe ¿como un chucho tan pequeño, verdad? el hijoputa de Hitler también era un tapón y mira la que lio. Por eso yo no soy, pero para nada, nada, de los que le dicen a la gente aquello tan recurrente de; no, sino muerde. Es verdad que de momento a persona, quitándome a mí (y eso, poniéndome como persona, que no se si sera mucho), morder, no ha mordido a nadie. Pero, cómo ¿tener? no las tengo todas conmigo, pues como que paso de decirlo y quién sabe si en un momento dado, quedar en ridiculo. 


Pero vamos a lo que vamos, que me tiráis de la lengua y al final me voy por otros lares que no tienen que ver con lo que inicialmente quería decir. 

Si, como comentaba, muchos, que no todos, de esos propietarios, alguna carencia... cuando bajo al mio siempre trato de no cruzarme con el resto que pasean a los suyos, lo hago porque este mio es muy dominante y es ver a otro chucho, sea como fuera de grande, que hasta que no le muerde no para. Pero hay algunos propietarios, para mi los de la carencia, que no saben leer los movimientos, y es verte, y ya puedes cruzar ocho veces de acera, acelerar el paso e incluso esconderte tras de alguna furgoneta al doblar la esquina. Que no, que no hay manera. Esos te enfilan y hasta que no te pillan no se rinden. Y eso para un escueto y rápido saludo antes de contarte que su chucho ultimamente no caga tan bien como lo hacía... y tú te quedas ahí, con esa cara de gilipollas concentrado y a presión, diciendote para ti; ¿Lo mandó a la mierda, le suelto una pata en los cojones o me confieso y le digo que como cague él o su chucho me importa una mierda mucho más hermosa de la que entre ambos juntos jamás harán?, pero al final, sonríes y asientes con la cabeza, le dices que sera cosa del pienso, y aprietas los dientes a ver si tu chucho te presiente y caga de una puñetera vez para perder de vista al de la carencia.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Bagatelas. Un poemario intimista y personal.



Para poder hablar de Bagatelas con propiedad, me da la sensación que tendría que conocer de manera más personal a su autor. Carlos Javier Cebrián, que ya lleva unos añitos en esto de teclear, antes, de escribir (los tiempos cambia el modo, no la esencia). Como tan personal como me llegan sus versos, no lo conozco. Me voy a centrar en lo que me llega de sus letras, y ojo, hablando como  lo hago siempre, ya que a mi eso de la métrica, los estilos, etc. pues como que me la pela bastante, tanto a la hora de escribir, como a la hora de leer. A ver, cada lectura es como el vino, te gusta o no, y a mí por lo menos, me la trae bastante floja que su denominación de origen y añada, diga que es la re-ostia de bueno, regular, o malo. Tiendo a no dejarme llevar por terceros, sobre todo cuando el que se lo va a meter, o mejor dicho, se lo ha metido entre pecho y espalda, es un menda. 

Bagatelas se lee tan rápido que invita a volver al comienzo, y esta vez con algo más de reposo, volver a empezarlo. He oído decir de él que es un libro cuidado y serio. Estoy de acuerdo, y añadiría que meditado, maduro, e incluso algo pícaro y sensual. 

Tal vez, y pese a ser paisano de Cebrián, por falta de tiempo, porque hay mucho, mucho, mucho, y porque no ha caído en mis manos. No lo he leído tanto como se merece, por lo que siento que tengo mucho pendiente con él, y que me apunto como tarea, en esa libreta del por hacer, y pronto.


Me he tomado la libertad (soy un osado), con el fin de que se pueda entender mejor aquello que digo sobre lo personal que me han resultado las tripas de Bagatelas, de colgar estas líneas que considero demuestran a la perfección aquello de lo que hablo, de lo que me llega, de lo que siento. ¿Sobre si lo recomendaria? Por supuesto, siempre que uno se desnuda de verdad, vale la pena, ya que la autenticidad pocas veces queda visible, y cuando eso ocurre, creo que merece toda atención. 

sábado, 17 de diciembre de 2016

En un mundo.




En un mundo desarrollado y avanzado, 
donde las cosas en su lógica están claras. 
Un mundo sencillo y llano, de querer poder.
Lo complicamos, despiezando al humano en cuartillas 
como si unos valieran más que otros por lo que tienen, aun cuando sea heredado, 
jamás, por lo que son o han demostrado. 
En un mundo tan normalito, nos apuñalamos con cuchillo, 
como si disfrutar los minutos no fuera de por sí un lujo al que llamar milagro.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Vieja loca.




Viste los gatos con trajes de lana
que ella mismo teje,
aquellos bichos coloridos
parecían y parecen demoníacas figuritas.

Siempre la tuve como loca
y a sus gatos como fieras camufladas,
capaces de emerger bajo aquellas
prendas para comerse las almas.

Culpan las vecinas a la soledad de sus manías,
y a Dios, el permitir parirla.
Más rápido van las lenguas que mis ojos,
y  mucho más sus voces que todos los sueños.

Cae la noche, y con ella, las sombras regresan,
y la loca en su casa teje que teje para sus gatos, hoy,
un disfraz de triste payaso, dejándose la vista junto la vida,
cerca de la persiana donde todo, antes de empezar, termina.

Un gato en la calle, por la acera
camina disfrazado de Spiderman,
los señoritos perros le miran y le temen.
Su dueña es la loca y, parece que lo saben.

¿Qué será de esas bestias de pelo y lana,
el día que la vieja termine en una caja de madera larga,
y no sepan las vecinas a quien culpar de nada?,
¿Qué será de ellas, sus trajes y la casa?

Hay tanta loca como loco en mi tierra, como en el planeta,
les llaman viejos, algunos, hasta momias.
Viven por inercia y mueren sin que nadie se entere,
junto los gatos que hoy, van de dibujos animados.



martes, 6 de diciembre de 2016

Terminado (por fin) y empezando (con mucha ilusión)




Terminado, y por fin. Un imperio para Aníbal, libro que me regalaron como novela histórica, que son, junto las de humor, mis prefes. He perdido la cuenta del tiempo que me ha costado terminar con él pese las ganas enormes por perderlo de vista.

No diré que se trata de una mala novela, porque lo que está claro, es que gustos, como colores, hay para todo, eso sí, al mío, ni se aproxima. Esta novela (es mí opinión), si en lugar de escribirla un hombre lo hubiera hecho una mujer, se vendería como lo que es, del corazón, en un contexto histórico como fue el del imperio cartaginés, pero del corazón, y además, de las pastelones pastelones. puede resultar ridiculo, pero, por lo menos es mi impresión, cuando una mujer escribe dentro del género histórico, y por buena sea la novela, siempre se ofrece como del corazón, menos claro esta, que no salga ni una miajita de amor. Insisto, según mi parecer, al que hacer hay que hacer el caso justo. 

Verán, a mí, que los protagonistas seas siempre altos, guapos, limpios y dignos, incluso en aquellos días donde el jabón ejem, ejem… pues como que me chirria. A mí lo que me va, son las historias con gente de verdad, los que se despeinan, follan de normal a regular, que no nos engañemos, viene y venía siendo lo normal, sobre todo cuando la mujer, aunque fuera la que uno quiere, pintaba bien poquito y el polvo era para lo que era. Si, me van los personajes que hablan con la boca llena, porque en aquellos entonces, ¡oiga! pues como que se hablaba con la boca llena, obviamente, el que tenía con qué llenarla. 

En fin, a mí que me gusta cuando leo, que me hagan aprender, soñar o reír, con este libro, ni lo uno ni lo otro ni lo que le pueda seguir. Pero ojo, a mí, gracias a Dios somos muchas almas sobre la tierra y gustos hay, como ya dije, para todo. 

He dejado atrás uno ¡por fin!, y he cogido otro. Dicen que es lo mejor para evitar traumas, ya saben, lo de coger al toro por los cuernos si es al toro a lo que se tiene miedo. No sé, puede que sí, o puede que no, de ello resultado. Pero yo sí lo he cogido. Sólo llevo unas páginas (soy de leer bastante lento), pero ya puedo decir que promete, reír, me ha hecho reír, y eso para mi, en una buena lectura, es casi fundamental. 

Ustedes no me ven, pero puedo asegurarles que tras leer las primeras páginas y gritar un buen ¡Coño!, he vuelto, no sé si decir que a respirar es lo que mejor lo describe, pero si no lo es, se asemeja bastante. 


Y me da, que con; "De ámbito sexual", arrepentirme, no me voy a arrepentir...menuda es la Espe, su prota :-)