viernes, 11 de enero de 2019

Poema para hoy.





Cuan mezquinos
títeres
se hacen pasar
por hermanos,
esas almas
que nadie
al convite,
ha invitado.
Llega corriendo
y con las manos
de par en par,
rebañando todo
lo que rozan
al pasar.

Algunos gritan.
¡Hijos de puta!
Otros,
rezan mirando
al cielo
pero con un ojo,
siempre
pegado al suelo.
Nada cambia
lo que toca,
y toca lo que toca
porque nadie
se atreve a modificar
lo heredado.

Y pasan los lustros
sin que caduque
la pena
ni lo haga la miseria,
o alguien,
deje de dar alas
a la angustia,
Y pasan los lustros,
y se muere
para volver a nacer,
sobre esos silencios
que son hombre
y podrían,
haber sido mujer.


Todo,
hasta la estupidez,
se repite una y mil,
y mil y una vez,
sin que los Dioses
tenga a bien
dejar de darnos
cuerda,
o por lo menos,
hacerlo del revés.
Títeres y titiriteros
escriben y describen
una y otra vez
el mismo e infiel
universo.

Y nacemos,
y corremos,
y son los mismos
los que señalan
y son los mismos
los que gritan
y mueren.
…mezquinos, borregos,
imbéciles que pueden
o no,
llevar sombrero,
acuden a todas
partes sin invitación
y sin el mínimo talento.

Y yo, yo solo,
me pregunto,
no sé si en silencio,
si más allá del cariño,
valdrá la pena algo.
Lo dudo,
y lo dudo tanto
y tan a diario,
que me creo
más borrego
que mezquino,
… aunque eso,
no es de todo,
ni lo peor
ni lo humano.

Pintura Antonio Pérez. 




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