Mucho
predicar con el ejemplo.
Ejemplo,
que
obligáis dé el pueblo,
ese
del que vosotros escapáis multiplicando sueldos,
sin
esfuerzo, sin callo, sin miedo.
Escoria.
Si,
escoria,
el
que no es un corrupto,
no
alza tampoco su voz contra lo injusto,
callándose
como la puta vergonzosa
mientras
no falta sustento
en
bolsillo y en boca.
De
la nobleza,
de
la izquierda y derecha,
del
centro, el cielo,
la
tierra y el cálido infierno.
Se
me llena la boca de ira
viendo
tanta desvergüenza,
tanta
mentira,
tanta
mal repartida miseria.
No
tendré otra cosa,
pero
cojones
para
llamar a las cosas por su nombre,
hoy,
me sobran.
Para
ser como vosotros,
mal
paridos hipócritas,
mejor
me quedo con mi mal hablada,
pero
sincera lengua.
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