jueves, 24 de agosto de 2017

Cosas mías.

Cada dia me ruborizo más, y no es vergüenza, si no, pena con una alta dosis de rabia, sobre todo, cuando escucho a tanto idiota presumir de tolerante, pero, en cuanto les rebates algo y no tienen por donde salir, el lugar de pensar que tal vez, a lo mejor, es porque no llevan la razón. Lo que diría mucho de ellos y de la capacidad de la especie humana en sí, empiezan a chillar e incluso insultar, tachando al de enfrente de todo lo feo que su pobre mente es capaz de recordar con la sangre por las nubes y su escaso manejo del seso.

Me han llamado tanto y tan alto por ser como soy, claro. Que a lo mejor, es que me he acostumbrado y, e por ello, que me importe una mierda el opinar del resto, al que siempre respecto, estén o no equivocados según mi parecer, ya que si todos fuéramos iguales, me consta, este mundo seria demasiado aburrido. Mi faceta como escritor, podrá gustar más o hacerlo de menos a nada en absoluto, pero, seguiré escribiendo aquello que me salga de los huevos, guste más o menos, joda de poco a mucho.

España se esta convirtiendo en uno de esos pueblos donde el cerebro se gasta bien poco, y todos, se tienden a subir al carro de lo que se lleva porque si no, no estas a la moda, eres un carca y un ser despreciable. Puede, que hasta un facha, un fascista xenófobo e intolerante. Parece que aquí, en España, solo hay izquierda y derecha, y que en esta última, todo es malo y por ello hay que destruirla. Como si la izquierda, dueña de tantas almas perdidas a lo largo de su tumultuosa historia, fuera ejemplo de paz y de armonía. Pocos recuerdan hoy, por ejemplo, que si tenemos seguridad social, pagas de verano e invierno, de jubilación y de viudedad. Es por culpa de esa  diabólica "derecha", y que, el orgullo a ser y sentirse español no tiene color, ni bando. Osea, que ni todo es tan, tan bueno. Ni todo es tan, tan malo. Y sí, aunque de miedo, somos muchos los que nos quedamos en el centro, tratando de quedarnos con los bueno que aun lado y otro hay, y que la mayoría se fuerza por evitar ver, y todo, para terminar muriendo igual, pero con un poquito más de infelicidad.

Ojala que a esos cerebros que se secan sin pensar, se les encendiera la lucecita de una puñetera vez, y vieran, porque la verdad no es tan complicada y odiar por odiar es de lo tonto, lo más. Que decantarse con los ojos cerrados de un lado o del otro nos hace perder una gran y hermosa parte de nuestro ser. Porque todo tiene su bueno y todo tiene su malo, y los de arriba, los que pretenden mantenernos atados a su rincón para seguir engullendo de su mama aquella buena leche, tan solo nos bombardean de palabrerías según les anden a ellos los intereses.

Creo, es tan solo mi opinion claro, que la libertad comienza en uno, en poder hablar lo que siente y piensa sin miedo a ser tachado de cualquier memez, siempre que uno, por lo mismo, no tache de memo al de enfrente. La tolerancia y el respeto, pero los de verdad, es lo que en verdad nos permite ser libres. No nos engañemos, llamar hijoputa al hijoputa, no es malo lo diga el líder que lo diga, pues como ya he dicho, y si pensais un poco os daréis cuenta de que es así. Esos "lideres de pacotilla" si estan donde estan, es para vivir, no para arreglarnos la vida, ya que si así fuera, no nos manipularián con esos cuentos que cada noche nos llena el coco de pesadillas. Nadie, más que nosotros mismos, nos puede o va a salvar de nada, que nosotros mismos, no consintamos al callar o gritando en una sola dirección.

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