jueves, 8 de septiembre de 2016

...


Sin prohibición ni dedo acusador,
sin tierra, cielo o infierno… sin lágrimas o miedo.
Chocan entre sí cuerpos de presente repletos.
Y yo, que deambulo sobre mí mismo 
entre soledades y un aparente destierro,
no logro comprender, lo que aún hoy veo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario