Reptando las sombras.
Inadvertidas las almas,
murmullan a esa muerte que sigue
callada.
…En el frío vacio de sus ojos,
anida la pena su noche más larga.
Y no doy con ella,
mi última lágrima,
robada a pasados
que nada se han guardado.
Nubes negras sobre mis ansias,
de vientos e iras prisioneras.
En la más silenciosa soledad,
mudan los recuerdos la carne y la
voluntad.
Allí, me siento fresco y entero,
pero es eso, recuerdo,
lo que hoy me arranca el aliento.
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