Me niego,
me niego a mí mismo,
me niego el suspiro
con el que te entierro.
Niego, niego, niego,
de abismo tiempo.
Me niego a querer,
a llorar,
a gritar sobre aquello a olvidar,
me niego a desgarrar,
de mí,
este pesar.
Muere mi vida,
de recuerdos tu sangre,
aliento y aroma,
de noches,
de horas,
de pecados en alma bordados.
Rozan mis dedos el aire,
moldean mis manos tu instante,
la ira me invade
tras el cristal que se hace escaparate.
Y canto,
mis palabras se hacen infinitas,
en mis viudas noches te sostengo.
Busco tu olor,
tu cuerpo,
guiño de pensamiento.
Y no me quedo,
de mí no hay nada.
Ni sangre, ni hueso,
aliento de alma,
no me queda ni parca palabra.
Soy fantasma,
fantasma de tiempos
y nula esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario