lunes, 16 de septiembre de 2013

De amor me desprendo.



 


 
Me niego,
me niego a mí mismo,
me niego el suspiro
 con el que te entierro.
Niego, niego, niego,
de abismo tiempo.
 
 
Me niego a querer,
a llorar,
a gritar sobre aquello a olvidar,
me niego a desgarrar,
de mí,
este pesar.
 
Muere mi vida,
 de recuerdos tu sangre,
aliento y aroma,
de noches,
de horas,
de pecados en alma bordados.
 
 
Rozan mis dedos el aire,
moldean mis manos tu instante,
la ira me invade
tras el cristal que se hace escaparate.

 
Y canto,
mis palabras se hacen infinitas,
en mis viudas noches te sostengo.
Busco tu olor,
tu cuerpo,
guiño de pensamiento.
 
 
Y no me quedo,
de mí no hay nada.
Ni sangre, ni hueso,
aliento de alma,
no me queda ni parca palabra.
Soy fantasma,
fantasma de tiempos
y nula esperanza.
 
 
 
 

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