He dado hasta la sangre,
y para una vez que he pedido,
espaldas y silencio me han acogido.
De capirote tonto me visto,
en esta angustia negra
que lamento añade a mi decepción.
¿Amigos, favores?
... con los dedos de una mano,
el resto, podrido aliento
en garras del relámpago
que cuan milagro,
nos deja aparcados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario