viernes, 16 de febrero de 2018

Un gran día.





Encerrado en esta bacanal de tiempo prestado a la que llamamos vida, oportunidad para fragancias que se limitan. Rendido, sin lograr aprender nada aun cuando no falto interés, ni siento al poder, ni siento al sin ser.


Cuando solo son mis letras
libres de razones e ignorancias,
reconforto mi pobre e indecisa alma
buscando donde no queda nada,
la calidez del amor en esa larga espera
que tanto miente y tanto exagera.


La vida… impresionante para unos, desgarradora para todos, amarga en mano de la mayoría. Es un espacio corto  donde plasmar los brincos y las caídas, donde sincerar los besos. Donde la mentira que se pinta, desgraciadamente, se hace razón y verdad.


Inviernos, primaveras,
veranos y otoños,
uno tras otro,
invariables y respetuosos,
desfilan sobre el brillo emocionado de mis pupilas.
Mudo de envidias, optimista de esto llamado vida,
continuo con los paseos bajo el sol y frente la luna.
Donde, sin la paciencia de otros,  
hago tristes esbozos mientras señalo con los ojos
y maldigo con las muelas.


Me alimento de olores y bien venidas, creyente de lo que veo y palpo, dejo la fe de lado con la fuerza de voluntad, que jamás falto en mi costado. Decido pese mis dudas, logro arrancar sabor a la vida al rodearme de cuanto amo, alejado de hipocresías, sabido de que hoy, será un gran día.






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