No comprendo
una mierda
y el medio siglo
roza mis piernas.
El mundo anda loco,
nos sacan un ojo
y con alegría,
les damos el otro.
Presumimos de machos,
y a la vez de sumisos.
Con una sonrisa
de oreja a oreja
ponemos el culo
para que nos los sigan
ensanchando… ¡y gratis!
No, no comprendo
una mierda.
Cada día más y más
me acojonan
las escusas que ponemos
para evitar
ver la realidad.
Si, somos idiotas
de naturaleza
por mucho
que lo tratemos
de disimular.
Idiotas, yo, usted,
y el que calla, también.
No siempre vivir
en la ignorancia
da la felicidad.
¡Mírenme!,
no comprendo nada.
Eso es verdad,
pero lejos
de dar saltos
de alegría,
se me hinchan
las venas de ira
y los huevos
de falsa quietud.
No, no entiendo
una mierda
y, rozo ya los cincuenta.
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