sábado, 18 de febrero de 2017

104º



Un río tranquilo en sus orillas y cálido en su correr,
ese, que este hombre sueña y a la señora da en sed,
cerrando sus fuertes ojos como si su hoy jamás fuera ayer,
y nada bañara su pena y todo él mojara su querer,
sin dejar de ser río y ella la mar de él.

A mi hermana y musa. Sonia. 


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