martes, 31 de diciembre de 2013

Mimando.





Mimando los minutos que se hacen virtud
al no esconder su personalidad,
crezco de poco a más
tratando de no dañar la rutina singular
del mortal contaminado de publicidad.
En un pequeño hueco
donde invierto el tiempo
en digerir cuanto veo, leo y escucho,
me siento morir
restando las impertinentes falanges
de mis desnudos dedos.


Al resguardo de una joven sombra,
carne y pensamiento se asocian de tétrico silencio.
Murmullo filtrado en esos días que se desbordan
por encima de la vespertina y canalla mentira.
Consiento cuando creo,
sin que con ello la verdad
se haga mayor realidad,
que aquella defendida en otras madrugadas
de acumuladas esquinas.
En vuestro caminar de oscuridad,
pienso hacia dentro,
mimando mi recuerdo.


domingo, 29 de diciembre de 2013

Mazmorra de piedra.





Desgarraste el fuego del alma,
la risa que se portaba.
Arrasaste con las rosas de la ventana
y, toda esperanza.


Lucero de mis noches,
nana de serena mirada.
Mentiste sin pedirte nada,
castigando aquel vapor de lágrima.


Mazmorras de piedra negra,
fronteras de carne y vena,
infinita distancia del que espera de tu boca,
palabra sincera.


Coloreaste de promesas y espejismos
el cariño sin condiciones,
esculpiste la razón, olvidando aquello que nos unió,
motivo de este, mi dolor.


Acabe con miles de margaritas,
buscando entre sus desvalidos pétalos,
uno que diera valor.
Consuelo imaginario del latir de un corazón.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Os dejo un trocito de una muy posible novela que llevo así de aquella manera. (El impertinente diario de un madurito resignado)



Decidido a pasar unos amenos minutos con mi sobrino de acompañante y, gracias a los abonos que me han prestado. Con más de media hora de antelación por aquello de ir tranquilos, nos presentamos en el campo de fútbol.


¡Qué aventura copón! Nada más llegar, el vigilante de seguridad que hay pegado al torno para el control del acceso, le dice al chaval mirándome a mí, que la botella de agua de litro y medio, ya que el nene bebe cosa mala. No puede pasarla ¡Caramba! Nos dejaron al sobrino sin poderse hidratar con lo bien que le va para el riñón al chaval.


No quedo todo  ahí, la botellita que llevaba yo, una pequeñita y por esos momentos recalentada cosa mala, no podía entrar con el tapón puesto… Si, por lo visto con el tapón, deja de ser una botella para convertirse en un misil tierra aire radio dirigido telepática-mente.


Como era lo único que nos quedaba para que por lo menos Ismael tuviera algo de donde beber, hice caso y quite el taponcito mientras con la otra mano, me sacaba los abonos de la cartera y, mis dientes, gracias al asita de la bolsa, sostenían en una compleja postura de equilibrista contemporáneo los respectivos bocatas de jamoncito con tomate vagamente restregado y un par de plátanos. De canarias por supuesto. Ismael tenía bastante con ir despidiéndose de su hermosa botella, como para cargarle de más responsabilidades.


Con el dichoso tapón quitado, por fin tiremos para adentro sin darnos cuenta ni yo ni el vigilante del tornito. Posiblemente por el descaro con que paso todo, que el tapón entro con migo en la mano con la que lo había desenroscado, y que en ningún momento camufle, pues no había intencionada maldad en ello.


Buscando el asiento con todo aquello manga por hombro dado las obras de limpieza de cara que se estaban  haciendo con lo del ascenso, me acerque a uno de los agentes de la policía nacional. Un joven delgadito, de los que en mis tiempos habríamos llamado de media hostia como mucho. Allí estaba él, bajo la sombrita de la visera de su gorrita impoluta, con unas gafas de sol oscuras de patilla dorada, una barbita diestramente cuidada a tijera, y más cosillas colgadas alrededor de su cintura, que en un árbol de navidad rococó en casa de una gitana católica.


-¿Que lleva en la mano?- me pregunto el agente antes de que yo pudiera consultarle si sabría orientarme, hacia donde podía encontrarse nuestros asientos.


-Como vera, un poco de todo por aquello de subsistir con el chaval- respondí algo sorprendido pensando en que tal vez, hasta querría cachearme sabría Dios porque, ya que finin era el zagalote, pero pinta de homosexual no tenia, por lo menos de homosexual necesitado. Claro que hoy en día, cualquiera pone la mano en el fuego por nadie. -¿Aun gustaría a alguien? Qué bien- Pensaba entre una cosa y la otra, pero la verdad, hubiera preferido que de fijarse, mejor su seria compañera. Rubita y callada muchacha de prietas carnes, lisa melena y enormes protuberancias mamarias... pero bueno, es lo que hay, nunca fui hombre de suerte.


Estirando su mano, señalo la palma derecha de la mía. -A esto me refiero- ¡¡Coño!! El taponcito dichoso. -¿Sabe que es esto?- asentí, tan corto no me considero. -Esto, según la ley del deporte, son tres mil euros- insistió él con el cuello todo lo tieso que podía dar de sí, tal vez, para intentar mirarme de tu a tu, ya que aun así, me quedaba por debajo unos importantes centímetros.

Que vamos hacerle, soy así de espontaneo y bocas. -¡¡Joder!! Pues nada, nada, se lo haga llegar a quien corresponda y ya si eso, me mandan el dinero- respondí con toda mi alma. -Ahora entiendo tanta recogida solidaria de taponcitos, a esos precios pufff- seguí con mi repertorio, y es que me lo puso a huevo....


Y HASTA AQUÍ PUEDO LEER.


miércoles, 25 de diciembre de 2013

Pueblo fantasma.




Percatado del sueño,
que te agoniza la mente,
desenvuelto el entierro,
por tu perdida suerte.


Azahar en la mañana,
que embriagas de pena,
tristeza resuelta
del ciprés omnipresente,
en ésta tu muerte.


Campanas de difuntos,
almas en pena,
solitaria imagen,
que vaga desecha.


Viento solo,
solo del este.
Arrasó sueños con suspiros,
lagrimas de recuerdos,
dejando mudo el presente.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Voces




Voces de libertad, de deseos y amistad.
Voces que trae el tiempo sin vendaval,
empujadas desde un más allá que se hace esperar.
Voces arropadas por melodías de recuerdos,
de esperanzas pregonadas,
de besos y caricias saboreadas
como sólo la fiel ternura permite alimentar.


Sonidos vestidos de colores y galas
para hacernos llegar a recordar,
por sueños o desde una fugaz realidad,
la melodía más querida en voces trasformada
muy a mi pesar ya,
en voces casi olvidadas.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Mi tierra.




Sobre un solitario horizonte
pinto colores y sonidos,
salpicando de vida el destino, 
de sangre las lágrimas
y, de esperanzas los suspiros.
Entre los dedos escapa la tierra
envuelta en remolinos,
arañando la carne
que antaño fue importante.
A azada creció el pueblo,
la palabra y el sacrificio.
Hoy mudos
buscan consuelo,
entre aquellos que lo vivimos.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Abuela




Hoy,
mirando a mamá,
te vi abuela,
representada en ella,
en cada paso, con cada gesto
... hizo tuyo mi recuerdo
claro y pleno,
cargado de sonidos.

En mí,
morirá tu recuerdo,
genes y lápida darán constancia, fe y evidencia
del hueco que un día ocupamos,
donde reímos y sufrimos,
hoy abuela.
Aún quedas.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Soñador.




Escritor de versos robados al pensamiento,
de sentimientos al razonamiento.
Creador de palabras con alma,
artista de argumentos dejados al viento.
Sencilla costumbre de la mente,
dormido, despierto o en esencia.
La expresión por respuesta.

martes, 17 de diciembre de 2013

¡¡Preeeeemioooo!!






AQUI Os dejo el enlace donde podéis leer el breve texto por el cual, he sido premiado con una botellita de la mejor sangre de Cristo... ¡¡Joer!! Que noche buena más rica me espera gracias a este caldito.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Grito sincero.






Plantando cara a la estupidez gratuitamente regalada,
no camuflo las intenciones que me abrazan, sin maldad o envidia, dejo atrás la vergüenza inmerecida, la mentira e hipocresía que en mi camino no se justifican.


Libre de complejos y ataduras impuestas a golpe de moda, grito con toda mi alma, pronunciada en los ecos que viajan más allá de los confines mortales de la caducidad.


Plantando cara. Amo y me dejo amar, destaco la paz de única sinceridad negándome a callar pese todo lo que pueda salpicar, soy así de simple, de mis pocas voluntades, de esas que renegar se hace imposible, cuando boca y mente van a la par.






sábado, 14 de diciembre de 2013

La mirada de José Manuel.





Siempre de despistó su mirada, treinta años de amistad y nunca fui capaz de sincerarme en verdad como para preguntarle cuál era su ojo bueno, el que tenia que mirar cuando hablábamos, con el cual saber si me miraba a mi o estaba pasando.


Hasta con el camaleón de mi hijo lo tengo más claro, y el día que me lo llevé de caza para averiguarlo de forma sutil y disimulada, me salió caro teniendo bastante con evitar sus disparos entre alaridos lejanos.


No siempre es fácil clarar las cosillas que parecen simples. ¿Como explicarle tras todos estos años?... lo mejor es seguir callado evitando mirarlo para no despistarnos.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Entregándome a ti.


 

Cual alfombra de pétalos,
a tus pies extiendo la vida,
cargada de mimos y caricias,
ruego a los cielos y sus protagonistas,
por no olvidar jamás tu sonrisa.
 
 
Me levante mientras dormías,
a la oscuridad venció la mirada
con la que te abrazaba,
sin ruidos dispersos,
tuyo el aliento y mis besos,
sabor de primavera mojada.
 
 
La obligación y el trabajo,
me arrebatan de tu lado,
agradecido sabiéndome afortunado,
al ser solo unas horas,
aquellas que me alejan de tu lado.
 
 
Fallecido el medio día,
se avecina la tarde
que ya se da por perdida,
ante el fragor de mi deseo,
no escondo la alegría,
ni camuflo el miedo,
que alerta me mantienen,
sobre la cima del suspiro
que ante ti desciende.
 
 
Tras la puerta que la noche recoge,
acurruco mi cariño
respirando con alivio,
alejando lo vulgar que ofrece el pesimismo,
viéndote con migo,
prometo al destino,
que nunca escatimare esfuerzos,
mientras seas tú el motivo.
 
 
 
 
 
 
 

martes, 10 de diciembre de 2013

Amaneceres del siglo XXI




Muchos son los días
en los que ya me levanto,
cagándome en la santa madre
de dispares hijos de mala puta,
de esos que pululan sin bozales
y atacan espaldas desnudas.
¿Fijación, incomprensión, costumbre?
Ni idea, unos me aseveran
que eso me pasa por ser un cascarrabias,
otros dicen que tan solo es una etapa,
en cualquiera de los casos,
a ulcera no me llega,
inmune ya con tantísima mierda en la vena.



Patraña tras patraña,
nació este cretino siglo veintiuno.
Con zarpas afiladas,
saliva agria y avaricia incontenida,
las calles se nos llenan de almas mudas
mientras el lujo se concentra en indecentes bolsillos,
en arcas que no lo precisan.
Caminando de espaldas,
hacemos religión de la necrofilia,
capricho de la mentira,
altar entre altares,
clavamos las rodillas ante la hipocresía.



Y en mis manos hoy heridas,
entre estos dedos sin fuerza,
mis lagrimas son subastadas
por la propia y estúpida desdicha.
No sé cómo definir
cuanto creo ser capaz de sentir
en estos días de improperio,
de embuste, de miedo.
De mis labios como del lapicero,
rabia y coherencia se asocian
buscando de una época su justo entierro.


domingo, 8 de diciembre de 2013

¿Que os parece como anuncio para optica?. El titulo del relato es "De compras por el súper" de mi primer libro.


 
 
- ¡¡¡AAAAAaaaaaa!!! Que daño. ¿¿¿Pero qué hostias???
 
- Perdona, un reflejo.
 
- ¿Un reflejo? ¡¡Me has mordido el pezón derecho!!
 
- La pasión.
 
- ¿Que pasión? Si estuviéramos en materia, pero aquí, en el súper, en el pasillo del papel higiénico.
 
- No sé nena, un arrebato, no es para tanto.
 
- ¡¡Como que no es para tanto!! Si no me lo has arrancado gracias al Wonderbra y al abrigo de piel de conejo, imitación a visón.
 
- Te quejas de nada.
 
- ¡¡Joér!! ¿Por nada? Si aun estas escupiendo los pelos que has arrancado.
 
- De novios no te quejabas tanto.
 
- ¿De novios? ¡¡Pero si yo a usted no le conozco de nada!!
 
- ¡¡Como!!... perdón, perdón señora. Al final va a resultar verdad eso de que necesito gafas.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Tiempos confesos.



 
Brazo inexperto
que rompes el tiempo,
azotas la noche,
sufres el deshielo
deambulando ciego,
sin parar un instante
a corregir los tropiezos
que tiñen de negro
ideales y esfuerzo.
 
 
 
Sorben las raíces el muerto,
alimento
de agonía e improperio,
historia sin vuelo y universo,
derramando de la esperanza.
Su aliento.
 
 
 
Labra vena fuegos,
conjetura de polvo y viento,
milagro mal pintado
a brocha gorda y dos manos,
en la falsedad oculta del lienzo,
réquiem de un pueblo confeso,
de vientre a dedos.
 
 
 
Empezar de nuevo.
¿Sueño, lujo, desperdicio?
Como ostia saberlo.
Seguro solo,
pelo, uñas, carne y vísceras,
se arrancaran al mismo,
los de siempre,
desgraciados de su embargado presente.
 
 
 
Avaricias en el aire,
fragancias de vergüenza y hambre,
no creo palabra,
promesa,
intenciones que arden confesas.
Castillo de húmeda arena
para quien pretende ser alguien,
en la idiotez parasitaria
que como el futuro marca,
por igual,
terminara enterrada.
 

 

 

 

 

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Con la lengua mordida.




Son muchos y dispersos
los momentos que invaden mis días y sueños,
atormentando la paz que labra este camino con final descrito.
Son muchos, demasiados,
para mi humilde capacidad de asimilar,
teniendo claro como tengo,
que si de verdad quisiéramos navegar,
arrojaríamos sin contemplaciones por la borda
cuanto lastre absurdo sobra.


No pasa un día,
ni uno solo de estos que sumo y resto,
en el que no me cabree por dentro,
que no me pregunte el cómo y su porque.
No pasa uno,
que de día o rompiéndome el sueño,
me insista impertinente.
 Como si en mi mano estuviera
cambiar este mundo ilógico y engreído,
ya que habiéndose perdido el más común de los sentidos,
no nos queda más que la siempre confusa fe.


Con la lengua entre dientes y muelas,
sorbo de mi silencio la desnuda desidia
con la que la carne se agria sin reconocerse en sí misma.
No son las escusas,
 más que ensayos repetitivos de un mundo,
de mil épocas,
de sonidos trasformados en cerebros que se tiñen de disculpa.
Inmovilizada la lengua,
callo eso que dentro revienta,
convirtiendo mi sangre en letras.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Cuándo dañas.







Dispuesto a olvidarte, cierro el alma,
el miedo cobarde correrá por mis lágrimas. El reflejo de tu recuerdo, llaga mi cuerpo, estigma hiriente, pese convencerme, no comprendo ni te alejo lo suficiente.



Me pasan los días sin aliviar mis carnes, su carga de pena,
una misma cara, idéntico sonido, la flor del alba se desplaza y, la vida se trasforma en perdida batalla. De cera son mis lágrimas, de agua mi sangre liviana, de tristezas visten las mañanas.



domingo, 1 de diciembre de 2013

Asediado de tonterias.


 
Limpia el agua la culpa
que recatada se esconde en el alma,
la pereza que camufla.
Calma la sed y la ira,
asediada fallece de esculpidos embustes
que enriquecen al hombre que no la bebe.
 
 
Se evapora la vida,
en la rutina muda y humilde
de una solitaria lágrima,
el suspiro se roba frío y a cuchillo,
como el aullido de la libertad
inocente del lobo furtivo.
 
 
Muros y rejas,
encierran erosionadas y en barbecho,
palabras desventuradas,
aguada la tinta,
incapaz de describirlas.
Paso la llave, cierro pestillos y,
rindió los oídos ante su grito.
 
 
 
 

jueves, 28 de noviembre de 2013

Ladrón de vagos suspiros.


 

 
Te permito llenar la mirada
con los ácidos labios que devoran nuestras horas solitarias.
Recipiente en la voz de pasiones labradas,
apenas dejo mostrar esas lagrimas
vagamente remolcadas por la simple matemática.
 
 
Raíz cuadrada de instantáneas multiplicadas
desmerecen el sabor de mi recuerdo,
a ese sudor de dos cuerpos amparados por luces apagadas.
A pie de murallas, almenas y de una luna nublada,
fornica mi ansia tu deseo incomprendido,
arrancando de allí, tu mudo gemido.
 
 
Ladrón de vagos suspiros,
desmenuzo mi pensamiento
con afilado cuchillo y mis mejores cinco dedos.
Profundo hueco donde bebe mi cuerpo como perro sin dueño,
encarnizado, aúlla el animal del submundo obsceno.
 
 
Tarde que se hace noche,
noche que muere asesinada con la mañana,
mañana que antes de nacer se sabe caducada,
rueda que gira sin cuerda o pila.
Vida, que sin un empujón, no eres nada.