...Aquello tenía su punto, pero para un ratico, cuando llevábamos así un
cuarto de hora empezaba a plantearme poner la televisión a ver cómo iba el
partido. Por fin, dejó la copa en la mesa y se me subió encima
metiéndome las tetas, incluida la torcida, a mitad de jeta. Aquel
inesperado cambio volvió hacer que me centrara en el tema y
me olvidará los resultados en la copa del rey. Con su mano izquierda
llevo la polla a su coño y se dejó caer encima de ella como si
se lanzara en bomba a una piscina, obligándole a tragar aire y
cagarme muy para adentro en su puta madre. Fue en aquel momento cuando empecé a
plantearme si no estaría un poco…no sé, ¿zumbada? "A la mierda" pensé, había ido a follar y sin follar no me iba a ir, así
pues, qué más daría si la chica tenía alguna manía o delicadeza un tanto rústica.
Aceleró tanto que su ombligo parecía estar dentro de una lavadora centrifugando,
se corrió, y de qué manera, en la vida he escuchado gritar tanto y tan alto.
-Veremos si cuando me marche no están todos los vecinos afuera esperando para
aplaudirme- le dije, pero no estaba ella como para oírme...
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