Despierto cuan castillo de piedra viva,
de lujo limitado en la nube de su
coherencia,
franca, promesa de una herencia.
Navego sobre frágiles arenas
empujado por velas bordadas de huracanes,
con yelmo, con escudo,
con corazas de un cuerpo mudo.
Haciendo de mi carne,
sueño en su inicial impulso.
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