Cuan
liebres salvajes seguidas por el galgo
han
pasado veintiocho años
rozándonos la carne y quemando los instantes,
que
ahora, quieto, mirando de atrás y hacia adelante,
no cambiaría ni por la ultima gota de sangre.
En
esta fecha que para muchos
será
un nada, y para mí, siempre será todo.
Vuelvo
a llenarme de los sueños que nos hicieran
cuando
apenas nos despuntaba la vida,
y en
cada orilla pintábamos una noche,
y
cada mañana, jugábamos con la lujuria de la que yo,
en
tus ojos y por siempre, seré paz y fiebre.
Veintiocho
son los años
que
hoy celebramos con más nostalgias
que
cumplidos milagros,
y
con mucho más cariño que falsedades y disgustos
amarrados
donde nadie mira y tú y yo,
seguimos
siendo uno.
Ea, para que luego digan que no se ponerme ñoño...Felicidades chorbita.
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