Muchas lunas
y más los soles
mi mar padece
entre sus aguas
y colores.
Tierra adentro te retengo
en el aliento de la carne
y gemidos de sal,
donde tu calma
tiñe el recuerdo
y tu frío es bondad.
Muchas lunas
y más los soles
cuentan y encierran
tus aguas de cristal,
bajo unos pies descalzos
y el alma desnuda
con la que me
propongo cantar.
Sobre cómo un día
nos presentaron para
cogidos de la mano
soldar sueño y realidad.
En toda aquella vida
que liquidará,
escuchando tus espumas
de playa y vientos de mar.
Al fondo de mis ojos
lejano tu horizonte
me pide volver,
a esa corta niñez
que graba con su sangre
un presente y la más poca fe,
haciendo de su marea
descarnada timidez,
tras aquellos ojos
y su tiempo,
como luna o como sueño.
Muchas las noches
y muchas las mañanas,
corrompen hoy
de lágrimas, lo que ayer
fue fuego junto
la calidez de tus aguas,
donde vivo
y en ocasiones muero.
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