jueves, 24 de marzo de 2016

Mundo canalla.



En este mundo canalla y sin igual
donde los corazones se dejan pisotear,
una voz con voluntad,
vale lo que vale el oro sin manipular
por aquella mano interesada
y llena del qué dirán.
Cuando tiro la vista atrás,
cuando paro el minuto preciso
que necesito para ser yo mismo,
agua sana brota de mi cara
al ver en que me han convertido.
Entonces, allí mismo,
tan quieto que parezco muerto
comienzo tan alto a gritar,
que ensordece por dentro el más añejo de los desprecios
y de , huye un peso que no veo.


En este mundo canalla, ridículo y absurdo,
donde el mercado decide quienes y como somos
con el uso la muerte y el miedo,
de la ignorancia y su mucho sentimiento.
En este mundo me vuelco sin amarlo ni quererlo,
como lo hice aquel otro anciano y repleto
de momentos que me nacieron.


Cada día comprendo menos y oído más
cuando la inercia debería invitarme a reposar.
Cada día duermo menos y sueño bastante más,
y siempre despierto con el llanto ahogado
y angustia en las manos.
En este mundo demasiado embustero
y tal vez poco loco, me niego a morir,
sin haber gritado contra la paz muda del silencio.


-Agazapados no sé muy bien donde,
bandoleros de fe y hombres sin hambre,
nos roban el pasado y el presente. 
Nos roban la razón, la carne y el después-


En este mundo que nunca fue el de antes, me avergüenzo y reviento,
como antes lo hicieran los de  discreto aliento.

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