Son los que aman locos,
los que odian… ni idea.
Y todos, a la de una y sin mirarnos
a los ojos,
caminaremos los cerros
donde el suelo se lamenta
y el cielo planea.
Sin que rompan los silencios
la paz de la futura muerta,
grité de rabia
o aborrezca de pena.
Eres tú,
siempre tan esbelta,
fuerza de hombres
y pura belleza.
Aliento de inmortales
y tinta muerta.
Eres tú,
porque no hay otra,
el aire que no corre
y de ayeres nace niebla.
Y así, porque así se logra,
quisiera quererte aunque
mi sueño sepa a la mazmorra,
donde mis huesos
del blanco pasen al verde
y quien un día dijo ya no diga.
Cuanta fue la suerte
y cuenta es la mentira,
que todos ocultan
y tan pocos evitan,
para cuan gorrinos,
venirnos arriba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario