viernes, 14 de julio de 2017
Por si algún día.
Si hay olvido, es porque hubo algo, de eso, se mucho,
porque pese ser parco y hasta estúpido, he querido y quiero tanto,
que ni los mares, ni la tierra, ni todas las abuelas juntas,
podrían entender si no se fuerzan en soñar
como lo hicieran aquella vez, donde por fin, lograron volar.
En mis manos, a veces de carne otras de fresco barro,
he notado el tiempo, la muerte y la vida.
Y las noté tanto y tan bien, como he notado sus caricias,
su piel, sus besos y mi próspera desidia.
Mil veces el olvido al vacio, mil veces el recuerdo al aullido,
mil veces tu vida a mi muerte, y mil,
esa oscuridad que no me aleja de esa luz aún por parir,
que dicen da calidez, pero no me huele a tí.
Una historia de amor por escribir, un manantial donde beber y gritar, una voz que por siempre se hará de escuchar,
sobre toda distancia, guerra y paz.
Para que él, mi olvido, jamás sea un mal a ojos de la voluntad,
a la que me entrego derramado en papel, por si algún día,
alguien, nos vuelve a comprender.
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