En un mundo desarrollado y avanzado,
donde las cosas en su lógica están
claras.
Un mundo sencillo y llano, de querer poder.
Lo complicamos, despiezando
al humano en cuartillas
como si unos valieran más que otros por lo que tienen,
aun cuando sea heredado,
jamás, por lo que son o han demostrado.
En un mundo tan
normalito, nos apuñalamos con cuchillo,
como si disfrutar los minutos no fuera
de por sí un lujo al que llamar milagro.
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