Maraña de acordes,
mis sentidos roba la
brisa del sueño que rompe.
suena la guitarra,
luce la morena sus
alas,
cuelga su cabello en
mi almohada,
llanto, que me aleja
de cada madrugada.
Maraña de acordes,
su recuerdo me
traslada al encanto que se dibuja,
sobre la partitura que
me grita,
sobre el latir de que
me fustiga.
Maraña de acordes, gustos,
olores,
mi pensamiento, ávido
y escurridizo,
se aleja como la
sangre que se derrama sin ser escuchada.
Maraña de acordes sin
esperanza,
de besos sin una sola
lagrima,
huidas y traiciones espontáneas.
Maraña de disculpadas
enmudecidas bajo sombra y luna.
Sublime,
se presenta la música
que me araña,
que me desnuda de
ira,
que me descalza las
palabras.
Maraña, acordes,
magia,
la noche me presenta
su manto de estrella bordada,
camino de tiempos
cálidos y fríos
donde la guitarra escribió
sobre mis los suspiros.
De lo poco, de lo
bueno,
que mi carne y
hombría
pinta de negra tinta,
en ese momento
sublime que me inspira.
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