Llegaran esas noches que a contra
corriente,
la carne despedace en pueblos,
provincias y continentes.
Luto negro de tragar espeso y lento,
digeriremos entre mil soledades y un
solo aire.
Y tú, corazón de lo que fui,
serás la calma engañosa de mareas que no
se muestran.
En cada rincón y esquina, en cada reloj
sin memoria,
en cada pasaje hecho historia,
en ese presente que siempre nos
sorprende.
No la vemos hasta tenerla encima,
Navegando las manchas y arrugas que ya, nos
identifican.
Ayyy parca, vieja entre las viejas,
áspera entre las ásperas,
parca de una sola y eterna cara.
Corre y brinca el tiempo que nos hiere y
nos mutila,
mientras disfrutamos de la ignorancia y
la vida,
que a muchos pocos y sin darnos cuenta,
en sus planes nos arruga,
nos mece y estremece, para finalmente,
entregarnos a las frías manos de la
muerte.
De muchos ayeres se forma el hoy,
en la bruma de los recuerdos que junto
nuestro,
curte y borda el tiempo, sin que un solo
beso derrita el deseo,
que de tanto pedir pierdo, en los
pasados que destierro.
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